—Los trabajos de historia de la ciencia aparecen en una amplia variedad de publicaciones que resulta complicado recuperar.—
Las tareas ligadas a la comunicación consumen gran parte del tiempo dedicado a la investigación. Son tareas muy variadas, tanto por los medios y los registros como por las personas involucradas. Incluyen las diversas formas de comunicación oral y escrita entre colegas (correo electrónico, reuniones de trabajo, seminarios y conferencias o charlas informales alrededor de la cafetera), el intercambio de información con la administración (solicitudes de proyectos, informes, valoraciones) o las actividades ligadas a la labor docente y la divulgación (clases, dirección de trabajos, tutorías, conferencias). Sobre todas ellas, sobresalen las relacionadas con la búsqueda y la lectura de las publicaciones acerca de un tema de investigación.
El crecimiento exponencial de la literatura académica de los dos últimos siglos hizo necesaria la creación de herramientas destinadas a hacer posible una recuperación eficiente de la información científica producida. Las “revistas de revistas” como el Chemical Abstract comenzaron a publicarse desde principios del siglo XX con el fin de facilitar las búsquedas retrospectivas, a la vez que servían como sistemas de alerta de las publicaciones más recientes. Las bases de datos bibliográficas en línea son herederas directas de aquellos gruesos volúmenes en papel. Otras herramientas más recientes han sido diseñadas en la era de la electrónica y de internet con el fin de mejorar la búsqueda de información, pero también y sobre todo para elaborar indicadores bibliométricos con los que evaluar la calidad de las publicaciones y el rendimiento académico (Crawford, 1996).
Los sistemas de recuperación de la información ideados desde finales del siglo XIX han sido esenciales para la organización y el funcionamiento de la ciencia y la tecnología tal y como la conocemos en la actualidad (Canagarajah, 2002). Han permitido la comunicación, pero también la han condicionado y, con ello, han influido de manera decisiva en la propia actividad científica (Metag, 2021). Estos sistemas han potenciado desigualdades geopolíticas al marginar publicaciones relevantes en contextos locales, pero sin los estándares de calidad requeridos por los grandes grupos editoriales (Demeter, 2020; Tennant, 2020). Algunos de estos requisitos implican sesgos relacionados con el idioma que favorecen las publicaciones anglosajonas. En otros casos contribuyen a agravar las desigualdades de género, evidentes cuando se analizan los datos de autoría de las publicaciones más citadas (Campbell, 2021). Del mismo modo, el uso de estos sistemas como instrumentos para la medida cuantitativa de la productividad y la calidad de la investigación han afectado gravemente a la forma de producir y comunicar el conocimiento científico (Archambault, 2009; Hicks, 2015). Las profundas tensiones generadas por estos y otros muchos fenómenos relacionados con la comunicación científica hacen de este un terreno en permanente transformación, que deja rápidamente obsoletas presentaciones como la que aquí se ofrece (De Silva, 2017; Hanganu-Bresch, 2022).
Todos estos factores tienen un peso diferente dependiendo de las características de cada disciplina científica. En áreas con escasa institucionalización y fuerte interdisciplinariedad como la historia de la ciencia, la tecnología y la medicina poder conocer las publicaciones sobre un tema es un asunto todavía más complejo. A pesar de ser un área pequeña y relativamente joven, está afectada por fenómenos semejantes a otras disciplinas científicas, como el crecimiento y dispersión de la producción científica, a los que ha hecho frente con herramientas específicas o adaptadas. Por otra parte, al igual que en otras áreas humanísticas, el libro sigue teniendo una gran relevancia como medio de comunicación de los resultados de la investigación, una situación poco habitual en muchas disciplinas científicas, donde el artículo de revista es la especie dominante del ecosistema comunicativo. La mayor parte de las herramientas de búsqueda bibliográfica permiten recuperar con alto grado de efectividad los artículos de revistas académicas, pero resultan poco eficaces para libros, cuya presencia en la mayor parte de las bases de datos bibliográficas es marginal, cuando no nula, y en gran medida aleatoria. La especificidad de estas fuentes será abordada en un capítulo especial dedicado a trazar el origen de las bibliografías y su uso como herramientas para la recuperación de la información sobre los libros publicados en el ámbito de la historia de la ciencia.
Otro rasgo distintivo relevante es la enorme longevidad de las publicaciones en esta área de conocimiento. A diferencia de otras muchas disciplinas, donde las nuevas publicaciones dejan de citarse en apenas unos años, en el caso de la historia de la ciencia, como en otras muchas disciplinas humanísticas, es habitual entrar en diálogo con estudios publicados con décadas e incluso siglos de diferencia. Finalmente, aunque la historia de la ciencia ha experimentado un notable grado de desarrollo disciplinar, sus publicaciones están afectadas por una fuerte fragmentación y dispersión. Es habitual encontrar trabajos relevantes publicados en revistas ubicadas en áreas de conocimiento muy distintas y, por tanto, indizadas en bases de datos bibliográficas diferentes. Una búsqueda bibliográfica en historia de la ciencia tiene que recurrir, por tanto, a instrumentos de recuperación de la información variopintos para alcanzar grados de exhaustividad aceptables.
En la página de fuentes para la historia y la comunicación de la ciencia se ha reunido una amplia muestra de estos recursos ideados para la recuperación de bibliografía secundaria. Han sido seleccionados por su especial relevancia para el aprendizaje y la investigación en historia y comunicación de la ciencia y se han organizado de acuerdo con los criterios seguidos en los manuales más populares sobre fuentes de información (Cordón García et al., 2010). El modo de consulta experta ofrece un acceso directo a los diferentes tipos de herramientas, mientras que el modo de consulta guiada propone un recorrido predeterminado, en el que se simulan los pasos de un proceso de investigación y se ofrecen pop ups informativos sobre qué son, para qué sirven y cómo se usan cada herramienta y grupo de herramientas disponibles. Entre un modo y otro de consulta, la página puede ser navegada de formas muy diferentes, dependiendo de la estrategia de búsqueda diseñada en cada caso. Lo que se ofrece en este capítulo de Saberes en acción no es más que una presentación histórica de todas ellas, en la que se mostrará cómo fueron surgiendo, evolucionando y superponiéndose entre sí para dar respuesta a las necesidades de comunicación científica y, en particular, a las derivadas de la actividad en el campo de la historia de la ciencia, la medicina y la tecnología.
En 1914, George Sarton publicó, en el volumen dos de la revista Isis, considerada actualmente como la decana de la disciplina, una revisión crítica de las sesenta y dos revistas especializadas enteramente a la historia de la ciencia de su época, indicando que “no pasa un mes, ni una semana, sin que nazca una nueva revista” (Sarton, 1914). Cuarenta años después, Sarton necesitó ciento cincuenta páginas para escribir su First guide for the study of the History of Science, donde ofrecía una lista actualizada de las revistas de historia de la ciencia. Sarton destacó la enorme cantidad de revistas recogidas, la creciente especialización en disciplinas, épocas y territorios; la diversidad de lenguas utilizadas y la vasta extensión geográfica de las publicaciones. Hoy resultaría más difícil tener una imagen global de la producción periódica en historia de la ciencia, pues no contamos con trabajos recientes que hayan actualizado los hechos hasta finales del siglo XX (Corsi, 1983; Beretta, 1997). Nos tendremos que contentar con la imagen cartográfica que nos ofrece el portal Scimago de las ciento ochenta revistas agrupadas bajo el heterogéneo epígrafe “historia y filosofía de la ciencia”. Aunque podemos observar una clara concentración de la producción impresa en la constelación de las humanidades y las ciencias sociales, se puede apreciar cómo algunas de las revistas de “historia y filosofía de la ciencia” se sitúan en el territorio de las ciencias que son su objeto de estudio: las ciencias experimentales y físico-matemáticas, la medicina o la tecnología, siendo este un indicador claro de la mencionada dispersión de la producción científica en esta área.
Las revistas idearon algunas de las primeras soluciones a los problemas generados precisamente por el crecimiento exponencial del número de revistas y artículos publicados, por la dispersión de las publicaciones o por la pluralidad de lenguas usadas, entre otros. Muchas de ellas contaban con índices acumulados para facilitar la búsqueda retrospectiva dentro de sus volúmenes. Estos índices se extendieron para recoger las publicaciones de otras revistas del área, dando lugar a recopilaciones de todo lo publicado en su área de conocimiento. Este fue el origen del mencionado Chemical Abstract, vinculado en sus orígenes a la revista Journal of the American Chemical Society, y de otras muchas revistas de resúmenes o abstracts creadas en casi todas las grandes disciplinas académicas. Así ocurrió también en el campo de la historia de la ciencia con la ya mencionada revista Isis, cuando inició en 1913 la edición anual del Isis Current Bibliography of the History of Science (IsisCB), un número extraordinario que recogía los trabajos (libros y artículos de revista) publicados en el último año y todo lo no recogido en números anteriores. Los números de la IsisCB pueden consultarse en la página de fuentes y recursos para la historia de la ciencia creada por la History of Science Society. En el último número, correspondiente al año 2020, se dedicaron 40 de las 300 páginas a los índices de autores y materias, lo que da una primera idea del problema terminológico asociado con todo sistema de almacenamiento y búsqueda de información bibliográfica. En esta misma línea, la revista Technology and Culture edita desde 1964 la Current Bibliography in the History of Technology.
Aunque el ámbito de estas dos grandes bibliografías ha sido siempre mundial, la cobertura de las historiografías de muchos países y otras lenguas diferentes al inglés fue siempre limitada. Este vacío fue el que trataron de cubrir revistas como Asclepio, que entre 1988 y 1999 publicó anualmente la Bibliografía histórica sobre la Ciencia y la Técnica en España, elaborada desde el actual Instituto Interuniversitario López Piñero con un esquema muy similar al seguido por la Bibliografia italiana di storia della scienza, elaborada y editada desde 1982 por el Istituto e museo di storia della scienza, de Florencia. Algunas de estas bibliografías disciplinares, de ámbito nacional o internacional, se fusionaron en la base de datos History of Science, Technology & Medicine, editada por la multinacional de la información EBSCO. Además de IsisCB, la bibliografía italiana y la de historia de la tecnología, esta base de datos da acceso al catálogo bibliográfico de la Wellcome Library for the History and Understanding of Medicine, uno de los mayores fondos para la historia de la medicina. El resultado es una de las herramientas más importantes en la actualidad para la recuperación de bibliografía internacional en historia de la ciencia, la medicina y la tecnología. Su muro de pago, solo franqueable mediante costosas subscripciones, la convierte también en un ejemplo paradigmático de privatización del conocimiento generado con recursos públicos.
La Bibliografía histórica sobre la Ciencia y la Técnica en España no formó nunca parte de este proyecto y su desaparición dejó la visibilidad y el acceso a la producción española en historia de la ciencia a expensas de otras bases de datos internacionales (con hegemonía anglosajona) o generalistas. Entre estas últimas, cabe destacar Dialnet, un portal de difusión de la producción científica hispano-lusa, resultado del trabajo colaborativo de una amplia red de bibliotecas públicas de España y Latinoamérica, coordinado desde la Universidad de La Rioja (Magriñá Contreras, 2007). Dialnet da acceso a una ingente y creciente cantidad de documentos de muy diverso tipo: artículos de revista, libros y capítulos de libro, tesis y tesinas, actas de congresos, etc. Dentro de este conjunto se encuentran buena parte de las publicaciones sobre historia de la ciencia hechas en España y América Latina. El grupo editor de este portal pretende reunir el mayor número y diversidad de documentos posible del ámbito hispano-luso, aunque resulta difícil conocer el grado de alcance de este objetivo, ni tampoco sus límites y sesgos geográficos o disciplinares, dado que no se ofrece información precisa de las fuentes de las que se nutre. En otras palabras, Dialnet permite recuperar una gran cantidad de información, pero es difícil saber el alcance de las búsquedas y las zonas de penumbra o invisibilidad que generan. Esta es la gran diferencia entre Dialnet y otros portales de difusión como el de EBSCO para la historia de la ciencia con respecto a los llamados “índices bibliográficos”.
Los índices bibliográficos almacenan, indizan y dan visibilidad a los artículos de investigación publicados en una lista cerrada de revistas científicas, seleccionadas de acuerdo con criterios de calidad. Los “índices” o “sumarios” de las revistas vaciadas son, pues, la principal fuente de referencias bibliográficas incluidas en este tipo de recursos. Cuando los usamos sabemos que recuperaremos todo lo publicado en las revistas indexadas. Nada más y nada menos. Los Índices del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) son la principal herramienta de este tipo para recuperar la producción científica en revistas editadas en España, incluida la de historia de la ciencia. Surgió de la fusión de varios índices bibliográficos especializados, entre ellos el Índice Médico Español (1964-2003) y el ISOC (1991-2016), especializado en ciencias humanas y sociales, que era a su vez heredero de los índices de ciencias sociales y de humanidades, publicados anualmente desde 1976. Los Índices del CSIC vacían en la actualidad más de cuatro mil revistas científicas españolas, entre ellas algo más de trescientas cincuenta de historia (Abejón Peña et al., 2009). Aunque los resultados que ofrecen las búsquedas se solapan en gran medida con los obtenidos al usar Dialnet, su consulta es necesaria para contrarrestar sus respectivos sesgos.
Otro ejemplo de índice bibliográfico es Medline, una de las herramientas de búsqueda bibliográfica más importantes en el ámbito biosanitario. Está creada por la National Library of Medicine y es heredera del Index Medicus, otro ejemplo de las revistas creadas para indexar los artículos publicados en las revistas de un área, en este caso la medicina. Recopila y permite la búsqueda de artículos de investigación publicados en más de cinco mil revistas biomédicas internacionales, seleccionadas con criterios de calidad, entre las que figuran un buen número de historia de la medicina. Puede consultarse a través de la plataforma PubMed, cuyo principal rasgo distintivo es el uso de un lenguaje controlado para las búsquedas. Su potente tesauro (MeSH) permite la construcción de ecuaciones de búsqueda con descriptores, calificadores y operadores booleanos, que permiten obtener resultados con bajos niveles de ruido (resultados no deseados) y silencio documental (publicaciones pertinentes no recuperadas). Bajo el descriptor genérico “history” pueden encontrarse un buen número de descriptores específicos para la historia de las ciencias biosanitarias.
Los índices de citas fueron concebidos para el análisis bibliométrico y la elaboración de indicadores de la producción y el consumo de publicaciones científicas, pero se usan también para la búsqueda bibliográfica secundaria. Su principal característica distintiva es que registran todas las referencias bibliográficas que aparecen citadas en la bibliografía de los artículos indizados, lo que permite reconstruir la red de citas y recuperar así las referencias bibliográficas de artículos y libros relacionados temáticamente. Recordemos que en la bibliografía de una publicación se hace referencia a trabajos publicados con anterioridad, pudiendo esa publicación recibir citas en trabajos que se publiquen posteriormente. Así funcionan Scopus y Web of Science y, en parte también, Google Académico, que vincula cada registro con trabajos que lo han citado. En el caso de la producción en historia de la ciencia, existe un importante grado de solapamiento entre Scopus y Web of Science, dado que el número de revistas es relativamente pequeño y el catálogo de los títulos indizados es muy similar. El interés de su uso combinado reside más bien en las pequeñas diferencias en las modalidades de búsqueda y los sistemas de análisis selectivo de resultados ofrecidos por cada plataforma.
De los casi ciento ochenta millones de referencias bibliográficas que recoge Web of Science en la actualidad, apenas un cuarto de millón procede del grupo de revistas incluido en el epígrafe de “historia y filosofía de la ciencia”. En este grupo, los libros constituyen menos de una quinta parte, siendo el resto artículos publicados en unas cuatrocientas revistas. Estas cifras se prestan a muchas lecturas. La más evidente es el escaso peso que la historia de la ciencia tiene en el conjunto de los saberes publicados, hasta el punto de no contar con un epígrafe propio. Otra, no menos importante, son las zonas de penumbra o las invisibilidades que generan los sistemas de recuperación de la información que, al mismo tiempo que facilitan el acceso a ciertas publicaciones, condenan al olvido todo lo que queda fuera de ellos.
Antonio García Belmar
IILP-UA
Cómo citar este artículo:
García Belmar, Antonio. Buscar bibliografía secundaria. Sabers en acció, 2022-10-05. https://sabersenaccio.iec.cat/es/buscar-bibliografia-secundaria-es/.
Para saber más
Puedes ampliar la información con la bibliografía y recursos disponibles.
Lecturas recomendadas
De Silva, Pali U.K. Vance, Candace K. Scientific Scholarly Communication. The Changing Landscape, Springer, 2017
Tennant, Jonathan. 2020. “Web of Science and Scopus Are Not Global Databases of Knowledge.” SocArXiv. March 12.
Estudios
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Archambault, Éric, and Vincent Larivière. «History of the journal impact factor: Contingencies and consequences.» Scientometrics 79.3 (2009): 635-649.
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Páginas de internet y otros recursos
IsisCB (Isis Current Bibliography). Sources and resources for the History of Science and Allied Fields [consultat 10/05/2022]. Disponible en aquest enllaç.