—A finales del siglo XIX, el profesor Odón de Buen convirtió las ciencias naturales en una poderosa herramienta de propaganda política.—
Los profesores universitarios del siglo XIX veían la divulgación científica como una parte consustancial de su propia profesión, como un deber moral hacia su sociedad y, a menudo, también como un buen complemento económico, dado que sus salarios eran, por lo general, más bien magros. Pero no todo eran razones económicas o deontológicas. A menudo la divulgación científica se transformó en una herramienta muy poderosa para difundir determinadas ideologías políticas desde las cátedras, pero también en las escuelas, ateneos, centros culturales, bibliotecas y todos aquellos espacios de sociabilidad en la esfera pública de las sociedades industriales. Este fue, por ejemplo, el caso de Odón de Buen (1863-1945), catedrático de historia natural en la Universitat de Barcelona, defensor del darwinismo en tiempos hostiles a aquel nuevo paradigma científico y librepensador republicano con un ambicioso programa de difusión de sus ideas políticas.
En 1889, De Buen ganó la cátedra de historia natural (como era conocido en España el conjunto formado por la botánica, la zoología y la geología a finales del siglo XIX) en la Universitat de Barcelona, una plaza que le permitió llevar a cabo un ambicioso programa de difusión del pensamiento evolucionista. De Buen cambió radicalmente el método docente de una universidad minoritaria y mal dotada económicamente. Introdujo las excursiones científicas, la experimentación en el laboratorio, el uso de las imágenes y la cinematografía y potenció los contactos internacionales. Valoraba especialmente la docencia itinerante con la finalidad de observar in situ determinados fenómenos geológicos o detalles de la fauna y la flora. La cátedra se convirtió también en puerta de entrada del evolucionismo de Charles Darwin y Ernst Haeckel en las aulas, con la publicación de nuevos manuales universitarios de geología (1890), zoología (1890) y botánica (1891), que generaron muchas reticencias en los sectores más conservadores y católicos.
En efecto, 1895 marcó un punto de inflexión en la carrera de De Buen. Jaume Català, obispo de Barcelona, lo denunció por prácticas docentes ilegales, sus libros de texto fueron censurados y su docencia interrumpida. El asunto se transformó en un escándalo público. El rector de la Universitat de Barcelona, Julián Casaña, fue cuestionado. Los estudiantes protestaron ante el palacio episcopal, mientras algunos profesores, intelectuales y periodistas discutían apasionadamente en torno al polémico asunto, lo que resultó en un debate que llegó a la esfera pública a través de la prensa. El viejo conflicto español sobre la libertad de cátedra parecía reavivarse, hasta el punto de que el caso De Buen llegó hasta el Ministerio de Instrucción Pública en Madrid. La recuperación de su cátedra dos meses más tarde representó una victoria moral para De Buen, pero también un revulsivo para repensar el papel político de las ciencias naturales en la España de finales del siglo XIX.
Desde los hechos de 1895 en adelante, De Buen se convirtió en un propagandista incansable del evolucionismo, un defensor de la ciencia positiva como arma intelectual contra la Iglesia católica, dentro del contexto de la polarización ciencia-religión de la época. Según De Buen, la crisis de 1895 reforzó todavía más la urgente necesidad de divulgar una ciencia positiva como herramienta de rearme intelectual del pueblo ante la hegemonía de la religión. Su campaña de divulgación científica se extendió mucho más allá de las aulas universitarias y llegó, en gran medida, a toda la ciudad, particularmente a los círculos republicanos, librepensadores e incluso anarquistas de Barcelona. El profesor universitario se tranformó así en un activo divulgador científico con un amplio abanico de registros. Sus libros de texto solo eran un primer paso de un proceso complejo de circulación del conocimiento. Sus manuales universitarios pronto se convirtieron en libros de divulgación de la historia natural, desde enciclopedias lujosas, como las publicadas en la editorial Montaner y Simón, hasta libros baratos y de encuadernación sencilla, como los de la editorial Maucci, dirigidos a clases populares, con la intención de introducir ideas evolucionistas que progresivamente pudieran sustituir la fuerza del paradigma creacionista y el monopolio de la Iglesia. Justo un año más tarde del famoso asunto de la supresión de su cátedra, en 1896, de Buen publicó Historia Natural (edición popular, con profusión de grabados), un libro editado por Manuel Soler, con quien colaboró en el diseño de los “manuales Soler”, una colección de libritos de carácter popular, que iban más allá del ámbito académico de los expertos o de los propios estudiantes universitarios.
De Buen colaboró también con la Escuela Moderna de Francesc Ferrer i Guàrdia (1859-1909), el pedagogo y librepensador fusilado el 13 de octubre de 1909, como supuesto instigador intelectual de la revuelta popular de la Semana Trágica de finales de julio de ese mismo año. De Buen y Ferrer tenían una relación personal intensa desde su encuentro en la Exposición Internacional de París (1889) y en el Congreso de Librepensadores del mismo año. Ambos compartían bastantes aspectos de una ideología republicana, federal, anticlerical, no catalanista, con tendencias anarquistas (más acusadas en Ferrer). En 1901, con motivo de la fundación de la Escuela Moderna, Ferrer pidió a De Buen una colaboración estable en su nuevo proyecto docente y le encargó la redacción de algunos manuales escolares titulados Las Ciencias Naturales en la Escuela Moderna. Pero, seguramente, una de las actividades docentes y divulgativas más conocidas de la colaboración entre Ferrer y De Buen fueron las “Conferencias Dominicales de la Escuela Moderna”, que juntamente con el Doctor Andrés Martínez Vargas y el anarquista Anselmo Lorenzo, impartieron semanalmente a familias, niños y niñas de la Escuela. Explicaban la naturaleza y su evolución en los continentes, mares y océanos (De Buen se convirtió más adelante en uno de los pioneros de la oceanografía). También mostraban las transformaciones de animales, células y especies y realizaban excursiones científicas y observaciones microscópicas. A menudo acompañadas de una considerable iconografía, las conferencias dominicales de De Buen en la Escuela Moderna llegaron a ser un complemento muy importante en la formación laica de los niños y se convirtieron en una colaboración regular entre el profesor y el pedagogo. El primero, dispuesto por convicción ideológica a adaptar el contenido especializado de sus clases universitarias a una audiencia infantil; y el segundo, dispuesto a acoger al experto académico en el contexto de su proyecto educativo.
La conquista de la esfera pública por parte de De Buen llegó también en 1903 con la publicación de un Folletín mensual de divulgación científica en el diario El Liberal. Colaboró con la revista El Mundo Científico y participó de manera activa en el Movimiento de Extensión Universitaria, el cual ofrecía conferencias de divulgación itinerante por toda Cataluña. En colaboración con otros profesores y con los alumnos mejor preparados, De Buen visitó círculos culturales, ateneos obreros y populares, sociedades cooperativas de pueblos y villas industriales y agrícolas de todo el Principado. Los obreros y sus familias asistían los sábados a sus conferencias.
La historia natural de Odón de Buen se convirtió, por lo tanto, en un producto adaptable a diferentes públicos, con una diversidad de registros que, además, se realimentaban. Era un arma ideológica al servicio de su programa político, una herramienta de crítica contundente de los valores conservadores de la España de la Restauración y de la decadencia tras la crisis colonial del 98. Mediante el programa divulgativo de De Buen, el pensamiento evolucionista, la filosofía positiva, el librepensamiento anticlerical y los valores republicanos de la educación laica viajaron por toda la sociedad, al servicio de los derechos de los ciudadanos y de las clases populares. De este modo, los libros de texto universitarios, los libros de divulgación, los manuales escolares, los artículos en revistas y prensa diaria, las excursiones científicas, las conferencias en ateneos obreros, las conferencias dominicales en la Escuela Moderna y las de extensión universitaria se transformaron en poderosas armas políticas, de legitimación de nuevas disciplinas, corrientes de pensamiento (como el evolucionismo) y nuevas metodologías docentes e investigadoras. Se trataba, por lo tanto, de una historia natural que no podía ser neutral, porque era empleada como herramienta anticlerical para la defensa de la libertad de cátedra, y estaba siempre empapada de un profundo compromiso republicano.
Agustí Nieto-Galan
IHC-UAB
Para saber más
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Lecturas recomendadas
Nieto-Galan, Agustí. A Republican Natural History in Spain around 1900: Odón de Buen (1863–1945) and His Audiences. Historical Studies in the Natural Sciences, 2012; 42(3): 159–189.
Nieto-Galan, Agustí. El llibre de divulgació científica a la Barcelona de finals del segle XIX: autors, editorials, públics. in Pilar Vélez (ed). L’exaltació del llibre al Vuitcents: Art, indústria i consum a Barcelona. Barcelona: Biblioteca de Catalunya; 2008: 201–20.
Estudios
Glick, Thomas F., Miguel Angel Puig-Samper and Rosaura Ruiz, eds. The Reception of Darwinism in the Iberian World: Spain, Spanish America and Brazil. Dordrecht: Kluwer; 2001.
Girón Sierra, Álvaro. En la mesa con Darwin: Evolución y revolución en el movimiento obrero en España (1860–1914). Madrid: CSIC; 2005.
Moore, J. R. Deconstructing Darwinism: The Politics of Evolution in the 1860s. Journal of the History of Biology. 1991; 24(3): 353–408.
Bujosa, Francesc and Thomas Glick. Odón de Buen y del Clos. Zuera, Aragó, 1863–Mèxic, 1945: L’oceanografia. in Roca Rosell, A., J. M. Camarasa (eds). Ciència i Tècnica a l’època contemporània als Països Catalans: Una aproximació biogràfica. Barcelona: Fundació Catalana per a la Recerca; 1995: I, 761–91.
Fuentes
De Buen, Odón. Mis memorias (Zuera, 1863 – Toulouse, 1939). Zaragoza: Institución “Fernando el Católico” (CSIC); 2003.
De Buen, Odón. Síntesis de una vida política y científica. Zaragoza: Ayuntamiento de Zuera, CSIC; 1998.
De Buen, Odón. El concepto de naturaleza, con el retrato del autor y su biografía por R. de Pallás (alumno de las facultades de Ciencias y Derecho). Barcelona: Salvador Manero; 1884.
De Buen, Odón. Tratado elemental de Zoología: Curso completo de Historia Natural. Barcelona: La Academia; 1890.
De Buen, Odón. Historia Natural (edición popular, con profusión de grabados). 2 vols. Barcelona: Manuel Soler; 1896.
Páginas de internet y otros recursos
Buj, Antonio, “Buen, Odón de, Mis memorias (Zuera, 1863 – Toulouse, 1939) (Zaragoza: Institución “Fernando el Católico” (CSIC), 2003),” Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales (Serie documental de Geo Crítica) 9, no. 542 (2004). (Accedido 14/04/2012). Disponible en este enlace.
Ferrer Guardia, Francisco. The Origin and Ideals of the Modern School, by Francisco Ferrer; Tr. by Joseph McCabe. New York (State): Putnam, 1913. Disponible en este enlace.
La Fundación Odón de Buen, Zuera (Zaragoza). Disponible en este enlace.
Biografía de Odón de Buen. Disponible en este enlace.