—Surgida a principios del siglo XIX, la homeopatía fue y es una de las terapias alternativas más conocidas y controvertidas.—

 

Christian Friedrich Samuel Hahnemann (1755-1843), más conocido como Samuel Hahnemann, fue el creador de la homeopatía, una forma de curar las enfermedades radicalmente diferente de los principios terapéuticos usados en el ámbito médico de la segunda mitad del siglo XVIII e inicios del XIX. Hahnemann nació en Meißen (Sajonia, Alemania) en 1755, estudió medicina en Leipzig, Viena y, en 1779, se licenció y doctoró en medicina en Erlangen (Franconia, Baviera), una joven universidad creada en 1743. Su tesis trató de las causas y los tratamientos de las enfermedades debidas a espasmos.

Samuel Christian Friedrich Hahnemann (1755-1843). Grabado de L. Beyer a partir de un retrato de J. Schoppe. Wellcome Collection.

No sería su única tesis. A lo largo de su vida elaboró otras tres más. La segunda y tercera (1784) fueron muy breves y sobre temas ginecológicos y obstétricos. Eran, en realidad, un mero requisito burocrático para trabajar como salubrista en Sajonia y completar los magros beneficios de su práctica médica. Hahnemann ejerció la medicina en muchas villas y algunas ciudades. Su constante peregrinaje en busca de sustento se debió a su posición crítica frente a la terapéutica de la época y a la propuesta de un nuevo modo de tratar las enfermedades, que le granjeó la enemistad de médicos y, sobre todo, boticarios.

Tras más de treinta años de continuos cambios de residencia, Hahenmann quiso dar un nuevo giro a su carrera y, en 1812, intentó conseguir la habilitación como profesor de la Universidad de Leipzig. Por entonces, ya había escrito la primera de las ediciones de la obra que estableció los elementos fundamentales de la homeopatía: el Organon der Heilkunst (1810). Para lograr su objetivo escribió una cuarta tesis, en este caso sobre materia médica, es decir, sobre los productos empleados con fines terapéuticos. Aunque Hahnemann enseñó en Leipzig durante nueve años entre 1812 y 1821, nunca llegó a obtener un puesto docente. Además de su formación médica, el creador de la homeopatía dominaba varios idiomas (entre ellos latín, griego, árabe y hebreo), lo que le permitió trabajar como traductor y profesor de idiomas y complementar los exiguos ingresos que le reportaba su práctica médica.

Portada de la edición de 1819 del Organon der Heilkunst de Hahnemann. Open Knowledge Commons and Harvard Medical School, Francis A. Countway Library of Medicine. Internet Archive.

Su postura crítica frente a los tratamientos dominantes en su época explica la búsqueda de Hahnemann de otro modo de curar y las características de la homeopatía. Aunque los médicos de esos años sabían mucho más que sus predecesores sobre estructuras internas y el funcionamiento del cuerpo, apenas se habían producido novedades terapéuticas de importancia en consonancia con estos desarrollos. Los tratamientos consistían, principalmente, en la realización de sangrías, la administración de purgantes y vomitivos, la aplicación de sanguijuelas y la ingestión de numerosos y potentes fármacos. Su efecto combinado era, frecuentemente, muy debilitante y tóxico para los pacientes. En otras ocasiones predominaba la inhibición, a la espera de que actuase la capacidad curativa de la naturaleza. Tanto estos métodos como los medicamentos usados tenían un largo historial en la medicina occidental. Procedían del galenismo tradicional de base humoralista y eran aceptados tanto por médicos como por pacientes, aunque su uso no dejaba de ser problemático.

Hahnemann planteó un sistema alternativo a la polifarmacia y a los procedimientos encaminados a restablecer el equilibrio humoral. En una primera obra, escrita en 1796, explicó las experimentaciones realizadas en su propia persona con diversas sustancias. La primera consistió en la ingestión de corteza del árbol de la quina (Cinchona officinalis). El médico alemán sufrió los mismos síntomas de la enfermedad para la que habitualmente se prescribía: las fiebres intermitentes. La explicación a tal fenómeno, según el sajón, era que el medicamento y la enfermedad “competían” en la generación de los síntomas hasta que llegaba la curación. Hahnemann generalizó este hallazgo a otras sustancias medicamentosas.

Maletín con medicamentos homeopáticos. Northamptonshire, England, 1801. Science Museum (Londres). Wellcome Collection.

La primera formulación canónica de las ideas de Hahnemann se realizó en el mencionado Organon der rationellen Heilkunst (1810), un tratado sobre la curación “racional” de las enfermedades, donde se establecieron los principios básicos de la homeopatía. A esta primera edición le siguieron otras posteriores (1819, 1824, 1829, 1833) con el título Organon der Heilkunst que incluyeron añadidos y mejoras, hasta una última, la sexta, publicada en Leipzig en 1923, casi un siglo después de la muerte de su autor.

El primer principio homeopático propugnado por Hahnemann, fruto de sus propias experiencias, fue “similia similibus curantur”, es decir, “lo semejante cura lo semejante”. Afirmaba que toda sustancia que provocase en un sujeto sano un cuadro sintomático concreto podría hacer desaparecer síntomas similares en un sujeto enfermo, siempre que se utilizara en pequeñas dosis. El abanico terapéutico homeopático se nutría, por tanto, de sustancias que remedaban, a menor escala, los síntomas de las enfermedades para los que habitualmente eran prescritos. No obstante, el sistema hahnemaniano no reconocía a las enfermedades como entidades susceptibles de diagnóstico y terapéutica estandarizada. Se consideraba al ser humano como una entidad indivisible que reaccionaba a través de la suma total de signos y síntomas. En cada persona los padecimientos se mostraban de modo singular, en función de su constitución y susceptibilidad. Por tanto, la práctica preconizada por Hahnemann requería de una extensa primera consulta para establecer la idiosincrasia de cada padecimiento en cada persona concreta. La homeopatía, apelando a la singularidad, se alejaba de la senda tomada por la medicina académica en busca de signos para el diagnóstico de la enfermedad, independientemente del paciente. Un famoso ejemplo de este tipo de aproximación a principios del siglo XIX fue la correlación entre los ruidos pulmonares detectados con el estetoscopio y las lesiones de tales órganos mostradas en las autopsias. La homeopatía, en cambio, dependía de la experiencia subjetiva como fuente de datos y pruebas. De este modo, la investigación, racional, se basó en las precisas informaciones recogidas por los médicos homeopáticos sobre los síntomas producidos tras el consumo experimental de una potencial droga. Hay que señalar, no obstante, que la itinerante práctica médica de Hahnemann le impidió acceder a observaciones continuadas y rigurosas de los pacientes a los que aplicó sus remedios.

Cuadro de Alexander Beydeman (1857) mostrando figuras históricas y personificaciones de la homeopatía que pretende indicar la brutalidad de la terapéutica del siglo XIX. Wikipedia.

El segundo principio homeopático fue que los remedios debían ser administrados tras ser repetidamente diluidos y agitados con el fin de conseguir la denominada “dinamización” o “potenciación”. Tal procedimiento perseguía el aumento del poder curativo del remedio, pues revelaba su verdadera esencia. Hahnemann, crítico con la acción de los medicamentos más utilizados en su época, pensó que las diluciones repetidas aminorarían los posibles efectos dañinos. El fundador de la homeopatía, con los años, fue llevando estas diluciones al extremo, de modo que lo administrado ya no tenía rastro de la sustancia inicial. Acabó recomendando, para preservar y transportar con mayor comodidad los medicamentos homeopáticos, ingerirlos en forma de glóbulos, unas partículas de lactosa que albergaban las diluciones.

Grabado en madera coloreado del Dispensario homeopático de Nueva York (1868). Wellcome Collection.

Hahnemann aplicó de forma consistente en su práctica clínica el sistema terapéutico que propuso a inicios del siglo XIX. Sus ideas fueron rechazadas y ridiculizadas por la mayoría de los médicos coetáneos, que vieron en esta desviación de la ortodoxia una mera charlatanería. Sin embargo, sus clases en Leipzig atrajeron a jóvenes médicos y estudiantes de medicina cansados de la rigidez de la enseñanza médica de la universidad. En el contexto terapéutico agresivo frente al que surgió esta opción curativa, algunos pacientes consideraron la homeopatía como un sistema simple, fácil de entender, atractivo, seguro, centrado en el paciente en su conjunto y no en las lesiones patológicas. Así se explica que la homeopatía fuera ganando adeptos entre los pacientes para expandirse a través de otros médicos que la adoptaron como alternativa al estilo terapéutico imperante.

Hahnemman comenzó una nueva vida cuando ya era octogenario. Contrajo matrimonio con una joven parisina a la que había curado de tuberculosis y se trasladó París en 1835. Su actividad y la de su esposa hicieron que la homeopatía se conociera entre las clases pudientes de la capital francesa, lo que le permitió tener una numerosa clientela. Falleció ocho años después.

Encuentro en Viena de los miembros de la Asociación de Médicos Homeopáticos. Litografía de J. Kriehuber, 1857. Wellcome Collection.

Desde París y otras ciudades europeas, por diferentes vías, la doctrina hahnemaniana se extendió por Europa, Asia, Norteamérica y Latinoamérica. Con diversos matices, gozó de buena salud durante buena parte de la segunda mitad del siglo XIX. Su declive comenzó, también con diversos matices según el país, durante el primer tercio del siglo XX, lo que parecía augurar su desaparición salvo en reducidos círculos de adeptos. Sin embargo, la circulación de las prácticas homeopáticas ha sido y es mucho más compleja. En aquellos países en los que pasaron a tener menos presencia o ser meramente testimoniales reaparecieron en las últimas décadas del siglo XX. Hoy en día son objeto de polémicas tan acaloradas como las ocurridas en vida de Hahnemann, hace ahora dos siglos. Las regulaciones sobre la práctica de la homeopatía en los distintos países europeos son muy dispares y, en algunos de ellos, es incluso financiada por seguros públicos y privados. En otros países, como India o Brasil, la homeopatía forma parte de los sistemas nacionales de salud. El conocimiento histórico de las circunstancias y razones de su surgimiento, de su expansión, de su circulación y diversificada presencia como instancia asistencial es una herramienta indispensable para valorar las preguntas y los conflictos generados por su relativa popularidad en distintos tiempos y lugares.

 

 

Enrique Perdiguero-Gil
IILP-UMH

 

Para saber más

Puedes ampliar la información con la bibliografía y recursos disponibles.

Lecturas recomendadas

Faure, Olivier. Et Samuel Hahnemann inventa l’homéopathie. La longue histoire d’une médecine alternative. Paris: Aubier; 2015.

Jütte, Robert. Samuel Hahnemann: Begründer der Homöopathie. Munich: dtv; 2005.

Estudios

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Bivins, Roberta E. Alternative Medicine. A History. Oxford: Oxford University Press; 2007.

Davidson, Jonathan. A Century of Homeopaths. Their Influence on Medicine and Health. New York: Springer; 2014.

Dinges, Martin, ed. Patients in the History of Homoeopathy. Sheffield: European Association for the History of Medicine and Health Publications; 2002.

Dinges, Martin, ed. Medical Pluralism and Homoeopathy in India and Germany (1810-2010). Practices in a comparative perspective. Stuttgart: Institute for the History of Medicine. Robert Bosch Foundation; 2011.

Jütte, Robert. The Hidden Roots: A History of Homeopathy in Northern, Central and Eastern Europe. Stuttgart: Institute for the History of Medicine. Robert Bosch Foundation; 2006.

Jütte, Robert; Eklöf; Motzi; Nelson, Mary C. eds. Historical aspects of unconventional medicine. Approaches, concepts, case studies. Sheffield: European Association for the History of Medicine and Health Publications; 2001.

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Luz, Madel T. A arte de curar versus a ciência das doenças: história social da homeopatia no Brasil. São Paulo: Dynamis; 1996.

Schmidt, Josef M. Hahnemann’s Legacy in a New Light–a Systematic Approach to the Organon of Medicine. Homeopathy. 2005; 94 (3): 202-206. 

Fuentes
Hahnemann, Samuel. Exposición doctrina médica homeopática. Organon del arte de curar. Tercera edición arreglada de la 6ª edición francesa y aumentada con la vida y retrato del autor. Publicada por el Dr. D. Juan Sanllehy. Madrid: Bailly Bailiere. Barcelona: Piferrer; s.a. Disponible en este enlace.
 
Hahnemann, Samuel. Organon der Heilkunst. Textkritische Ausgabe der 6. Auflage Bearbeitet und herausgegeben von Josef M. Schmidt. Heidelberg: Karl F. Haug Verlag; 1992. Disponible en este enlace.